2.14.2012

Dicen que el vestido perfecto para una chica es la camisa del hombre al que ama.
Yo discrepo, ya que si no tienes en tu poder esa prenda, ¿qué haces?
Por ejemplo, el otro día tenía que salir y me arreglé. Revolví medio armario hasta encontrar algo con lo que me viera cómoda pero guapa al mismo tiempo.
No lo encontré. Me faltaba algo, pero no era ni el maquillaje ni el peinado. ¿Accesorios? No, tampoco era eso.
De pronto, estudié mi rostro en el espejo. Sí, el problema estaba ahí, delante de mí, y no había sido capaz de verlo.
No estaba sonriendo. En cuanto lo hice, supe que con una sonrisa me hubiera visto genial hasta con el más viejo y sucio de los harapos.
Y fue en ese momento cuando comprendí que cuando no eres feliz, cuando no tienes un motivo por el que dibujar una sonrisa, nada, y repito,
NADA, hará que te veas mejor.

1 comentario:

  1. Cuanta razón, no me había dado cuenta, es eso, la sonrisa que falta la que me hace sentir fea.

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